viernes, 31 de agosto de 2007

Puntos de Vista

De acuerdo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la palabra interpelación significa “requerir, compeler o simplemente preguntar a alguien para que dé explicaciones o descargos sobre un hecho cualquiera”.

En nuestro país está establecido en el ordinal 22 del artículo 37 de nuestra Constitución y es la oportunidad para que un Secretario de Estado de Turismo trate de justificar en la Cámara de Diputados como usa las atribuciones de su cargo para beneficiar personalmente a Empresas de su propiedad o con las que sostiene relaciones comerciales, según las acusaciones presentadas por la Comisión Permanente de Medio Ambiente y Recursos Naturales que preside el Reformista de San Francisco de Macorís Yiye Fernández.

Después de ver y escuchar las participaciones en el proceso de interpelación de ayer al funcionario responsable del área de Turismo en nuestro país, creo que hay que felicitar a los diputados.

A los miembros de la Comisión en sentido particular y a todos en sentido general. Creo que es la primera vez en la historia de nuestro país que se interpela a un funcionario de un Gobierno que pertenezca al mismo partido que tiene mayoría en la Cámara Baja.

Los diputados cumplieron su rol. Julio César Valentín se comportó a la altura de las circunstancias.

Yiye Fernández y los miembros de la Comisión presentaron pruebas irrefutables, hicieron una presentación y demostraron una seguridad y confianza en sus argumentos de manera incuestionable, a tal punto que al interpelado no le quedó más remedio que intentar justificarse recurriendo a incongruencias tales como preguntarse que por qué no han sido interpelados otros funcionarios de otros gobiernos que también han tenido empresas vinculadas a sus funciones.

Estaba como gato boca arriba. Cantó como gallo y puso como gallina.

Llamó y buscó el apoyo de sus compañeros de partido pero la solidaridad no hizo quórum.

Cosechó lo que ha sembrado, recibió lo que ha dado y esto quedó evidenciado cuando los ataques y cuestionamientos más fuertes venían precisamente del litoral de su propio partido.

El mejor aporte que le puede hacer el presidente Fernández a las aspiraciones de los candidatos de los partidos de oposición es dejarlo ahí, no destituirlo, ojala el Gobierno tenga muchos como él.

Víctor Gómez Casanova

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