viernes, 31 de agosto de 2007

De Buena Tinta

Hipocresía del nombramiento

Los nombran porque saben que van a traer a los suyos. Si no, para qué...

Mientras la política dominicana tenga su principal fundamento en el clientelismo, las cancelaciones en las dependencias del gobierno serán la norma cuando se produzca un cambio de incumbente.

Los despidos eran comunes cuando una administración sustituía a otra, pero ahora se están dando en una misma gestión, por razones que no necesitan explicación. El Gobierno nombra en posiciones importantes a dirigentes de otros partidos, y estos a su vez ponen en nómina a sus subordinados.

Los desmentidos de Héctor Rodríguez Pimentel en el INDRHI y Eliíta Wessin en Bienes Nacionales sobran, pues nadie se chupa el dedo. Del mismo modo que son necias las denuncias de que están botando a empleados.

¿Para qué los designaron en esos cargos si no es para dar trabajo a los suyos? ¿Cómo pueden llevar a cabo sus nuevas tareas políticas si no “incentivan” a sus cuadros? El primero que lo sabía era el Presidente.

Este rejuego es lo que se llama pragmatismo, y nadie debe hacerse el tonto, incluyendo los perjudicados, pues la política dominicana deviene cínica desde el momento en que se aceptan estos procedimientos.

Dirán que no cada vez que se les haga la acusación, pero la verdad es que tendrán que cancelar, o ahora, o más tarde, pues sus seguidores no van a continuar oliendo donde guisan.

No hay comentarios: