sábado, 2 de febrero de 2008

PULSACIONES

POR RADAHAMÉS GÓMEZ PEPÍN

El concilio de la hipocresía podría ser una cumbre entre los candidatos a la Presidencia de la República, dizque para buscar una fórmula que adecente la campaña electoral.

Se producirían las conocidas exhibiciones dentales de oreja a oreja, los abrazos sonados en la espalda -no más de cuatro golpes, para evitar malas interpretaciones- y quién sabe si hasta brindis con un buen vino o a cervezazo limpio.

Todo hasta que estén ante fotógrafos y camarógrafos, y tal vez uno que otro periodista, porque entre estos últimos todavía subsiste la especie de los que ven y oyen de un sólo lado.

De todas formas lo que podría obtenerse es que los candidatos bajen o supriman el tono de los insultos, de los que quedarían responsabilizados sus respectivos canchanchanes o encargados de lo que ellos mismos llaman la línea dura.

Y como todo esto es lo que va a suceder, poco más, poco menos, lo mejor es no efectuar la inútil cumbre para evitar a esos señores la pérdida de tiempo.

En esto el presidente Leonel Fernández fue claro cuando dijo más o menos lo que acabo de escribir, y de seguro que los demás candidatos dirían exactamente igual. Se pintarían a sí mismos como unos angelitos.

Pero yo diría, más bien, que son desmemoriados y podría demostrárselo con una simple hojeada a la colección de cualquier periódico dominicano, digamos durante el último mes.

Y si esto sucederá durante y después de una cumbre entre los candidatos, es fácil determinar lo que ocurriría producto de un debate por televisión, con la audiencia calentando la pista con alcohol en la gradación que sea.

Por eso creo conveniente dejar los cosas como están y han estado siempre, porque las pruebas dan a entender que no estamos preparados para más nada, o al menos la clase política que nos gastamos.

Entonces no hablemos de cumbres, debate ni nada de eso aunque en otros países funcionen a las mil maravillas.

Hay que conformarse con aquello de que "no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista" y ponernos a preparar el material del futuro.

Demos por perdido lo que tenemos en estos momentos y trabajemos con la materia prima que se prepara en escuelas y universidades -o con la recién egresada-, en donde abunda la buena calidad si no la maleamos.

Para ser justos, debe agradecerse las buenas intenciones de tanta gente al margen del quehacer político y que quizás por eso mismo son tan vehementes en sus deseos.

Pero el realismo los absorbe, aunque no sean propiamente derrotados, sino víctimas de las circunstancias. Lo mismo, pero de otro color.

rgomez@elnacional.com.do

No hay comentarios: