viernes, 16 de noviembre de 2007

A.M. - Ríos que no serán

Los granceros arreglaron su mundo en el despacho adecuado y los noventa días de plazo que se les dio para retirar la maquinaria de los cauces son ya cosa del pasado. La ironía es que además, ni siquiera tendrán que buscar mercado. El Estado mismo, ese que les prohibía hace 48 horas seguir destrozando los cauces, les comprará la producción. Nuestros impuestos dirigidos directamente a dañar el país. Genial.

El secretario de Medio Ambiente, quien categóricamente expresó tantas veces que "no había marcha atrás" tendrá que hablar en latín para justificar semejante atropello ecológico, al río... y a su autoridad. Y encontrar una excusa menos patética que la de que se necesita material para arreglar los puentes que se llevó "Noel". Su misma secretaría había identificado cientos de minas secas a las que los granceros debían dirigir su mirada, y sus excavadoras.

La posibilidad de que este gobierno haga exactamente lo contrario de lo anunciado -y que marca la ley- es bastante alta. Estadísticamente, más alta de lo aconsejado en un Estado serio. Tres ejemplos sencillos: hablar de la Ley de Austeridad es ya repetirse; recordar que Huchi Lora todavía espera los documentos sobre el metro que la Ley de Acceso a la Información le garantizaban, inútil. Imposible, no citar a la Sun Land y la aprobación por el Congreso que el Ejecutivo se ahorró, inventándose una nueva categoría de pagarés.

Nada, que es p'alante que vamos (unos más que otros) y los conchos tendrán software. Esa es la modernidad que nos estamos trabajando, la del concho cibernético.

Los granceros piensan a largo plazo, Palacio a corto y a los ríos… se les agotan los plazos.

IAizpun@diariolibre.com

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