jueves, 15 de noviembre de 2007

AMOR A QUISQUEYA "Una nueva temporada, una nueva oportunidad"

Comenzó el béisbol. Se respira a “pelota” en el ambiente. No hay cosa que disfrute más en esta época del año que las amistosas discusiones entre amigos, y en algunas ocasiones entre desconocidos, sobre el poderío de cada equipo. Las Águilas Cibaeñas y los Tigres del Licey parecerían dominar la atención de los fanáticos polarizándonos de una manera simpática y hasta comiquísima.

Juegos se ganarán, juegos se perderán. Carreras limpias, con errores; deslizamientos, cuadrangulares, hit, dobles, triples, foul, out, expulsiones, nerviosismo, pero al fin solo uno será coronado. A los demás les quedará la esperanza de un próximo año donde su novena preferida tenga otra oportunidad… otra oportunidad.

Cuando recibimos otra oportunidad tratamos de hacer las cosas diferentes a como las hicimos en el pasado donde fracasamos. En algún momento cada uno de nosotros deseará y pedirá una segunda, tercera o tal vez cuarta oportunidad.

Un esposo arrepentido pide una oportunidad a una esposa lastimada; un joven adolescente pide otra oportunidad a unos padres desesperados y avergonzados; un estudiante a su profesora ruega por un nuevo examen y poder pasar la clase; un empleado a su jefe defraudado; un novio a su novia enojada; un amigo a otro amigo traicionado, sin duda todos tendremos que pedir por una nueva oportunidad.

Sin embargo “ante el vicio de pedir, la virtud de negar”. No siempre recibiremos esa segunda oportunidad. No siempre obtendremos esa oportunidad que nos revindique de nuestros errores.

Precisamente esas son, en síntesis, las buenas nuevas del mensaje de Jesús. Dios está dándonos en la persona de Cristo una segunda oportunidad para con Él. De alguna manera todos hemos defraudado, avergonzado y traicionado a Dios. Nuestros pecados sin duda nos apartan de Él. Solo hay un precio por nuestros pecados, la muerte.

Jesús nos abrió paso para una nueva oportunidad, para ti y para mí. Con su muerte tomó nuestro lugar pagando el precio establecido con su propia vida sacrificándola en la cruz. Todavía hoy tiene los brazos abiertos para nosotros esperando que podamos recibirla. ¿Por qué muchos no tienen esa oportunidad?

Algunos creen que no la necesitan. Otros, que no la merecen (si vamos a ver, nadie la merece) Hay quienes aun no lo entienden o pretenden ignorarla. Pero todos la necesitamos. Fuimos creados para Dios. Sin Él sentiremos un vacío continuo en nuestras vidas. Sin Él, nuestras aparentes victorias serán solo momentos pasajeros de los que solo nos quedarán los recuerdos.

La victoria de Jesús sobre la muerte, fue una victoria contundente y eficaz para darnos poder sobre el pecado y sobre la muerte. Es la victoria que retumbará por toda la eternidad. Más allá de cualquier victoria, el campeonato de Jesús ha afectado la vida de personas, familias, comunidades y naciones enteras. Esta victoria sencillamente es la segunda nueva oportunidad que Dios nos brinda para disfrutar del compañerismo de su persona.

Joaquín Pérez – Popín
Pastor General
FQAQ

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