sábado, 13 de octubre de 2007

AMOR A QUISQUEYA "¿Quién Soy? ¿Qué me define?"

Sentado en su pupitre escolar, está Luis. Escucha atentamente las palabras de su profesor. Este les exhorta apasionadamente: “Tienen que estudiar para ser alguien en la vida. Una carrera le ofrece la oportunidades para llegar a ser alguien en la vida”.

Luis solo podía pensar en sus antecesores. Sus padres, abuelos y tíos. “De modo que todos ellos no son nadie. Entonces, ¿Quién soy yo?”.

Un famoso pelotero dominicano de las grandes ligas decía a la prensa: “Gracias al béisbol soy quien soy”. En su casa, Juan Carlos, niño de 12 años, reflexionaba: “Si yo pudiera jugar béisbol y llegar ser alguien. Quizás nunca sea nadie”.

Se ha levantado una generación de personas enfocas en la auto realización de sus vidas. Dispuestas a pagar el precio necesario para tener esas oportunidades que finalmente le llevará a “ser alguien”.

Pensar que ganamos el respeto de los demás por lo que poseemos o alcanzamos es un grave error que muchos pagan bien caro. Luis no debe estudiar para ser alguien; Luis debe estudiar por que es alguien. Nuestras carreras o posiciones no definen nuestro carácter, ni definen quienes somos. Solo establecen o definen nuestras funciones. Nos dan la oportunidad de servir y dar a los demás.

En el caso del pelotero lo correcto era decir: “Gracias al béisbol hago lo que hago, y tengo lo que tengo. El béisbol nunca podrá añadir una pulgada al tamaño de nuestra identidad.

¿Te has preguntado como Luis, quién soy? ¿Quién o qué me define? ¿Me define lo que tengo, mi carrera, mis amigos, mi familia? ¿Y si lo perdiera todo en un abrir y cerrar de ojos, ya no seria nadie? Si lo anterior lo hemos establecido como base en la vida para ser alguien, nuestra identidad está sobre arena movediza.

Nuestra identidad esta ligada a nuestro origen. Los prefijos en nuestros nombres, Doctor, Licenciado, Ingeniero, Profesor, Presidente, Senador, Pastor, etc., no añaden un centímetro a nuestra identidad o nuestro valor humano; solo definen lo que hacemos, no lo que somos.

Ahora, ¿cuál es nuestro origen? Nuestro origen se encuentra en Dios. La Escritura dice que Dios nos hizo. Fuimos creados a su imagen y semejanza, y en la medida que actuamos de acuerdo al carácter de Dios redescubrimos nuestra identidad y entendemos “quien realmente somos”.

Cuado no somos honestos, veraces, amorosos, confiables, fieles, respetuosos del prójimo no somos nadie, o por lo menos actuamos como sino fuéramos alguien.

Mi conducta me define. Mi oficio o carrera dice lo que hago; mis bienes dicen lo que tengo; mi carácter y mi conducta dicen quien verdaderamente soy.

“¿Y quién de vosotros podrá con afán añadir á su estatura un codo?” Lucas 12:25

“Porque en él vivimos, nos movemos y somos.”
Hechos 17:28


Joaquín Pérez – Popín
Pastor General FCAQ

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