martes, 16 de octubre de 2007

Mala situación

POR DANILO CRUZ PICHARDO

Aunque las autoridades del sector económico se empeñan en informar crecimiento del Producto Bruto Interno, año tras año, la realidad es que ese supuesto incremento de nuestras riquezas no se percibe en la población.

Invito a los funcionarios a que hagan un recorrido por la Carretera Mella y las avenidas España, San Vicente de Paúl y Charles de Gaulle, del municipio Santo Domingo Este, para que observen centenares de locales comerciales cerrados, de negocios quebrados o que, por lo menos, operaban con pérdidas.

Un negocio cierra cuando quiebra u opera de forma deficitaria. Ocurre cuando los gastos son muy elevados, al totalizar el pago de local, energía eléctrica, combustible para la planta, teléfono, cable, internet, empleados, publicidad e impuestos. Los negocios reciben también molestias constantes de reales o supuestos inspectores.

Los negocios se crean para generar beneficios, pero el superávit sólo se alcanza cuando la venta es satisfactoria y permite solventar los gastos señalados más arriba y queda un sobrante. El problema está en que algunas pequeñas empresas no obtienen ese sobrante y muchas veces registran dificultades para enfrentar los gastos corrientes, debido a los bajos niveles de venta.

Son muchos los denominados negocios nocturnos que se han ido a la quiebra por el deficiente servicio eléctrico, el auge de la delincuencia, la limitación en el horario para el consumo de alcohol, las altas tasas de interés bancario y el bajo circulante monetario.

El mayor éxito que exhibe el gobierno del presidente Fernández es la estabilidad de la tasa de cambio, pero para lograr esa estabilidad se ha implementado una gran desmonetización o recogida de circulante, que ha afectado las ventas del comercio.

Si no hay flujo de circulante la economía mantendrá un carácter recesivo. Y aunque lo que se procura es evitar alza en la tasa de cambio, de todos modos la misma subirá por la presión que recibe ante el desfavorable intercambio comercial iniciado con la entrada en vigencia del DR-CAFTA, donde, por falta de competitividad, las importaciones han estado muy por encima a las exportaciones, inclusive en comparación con países centroamericanos de igual o menor desarrollo al nuestro.

Con los altos precios del petróleo en el mercado internacional la situación económica del país podría ser peor, si no fuera por la mano amiga extendida por el gobierno bolivariano de Venezuela, a través de Petrocaribe, contrato mediante el cual la presente administración se ahorra un dineral, pero sin ofrecer explicación a la población sobre su destino.

La situación económica del país está mala en sentido general. Está mala para los que tienen negocios y peor aún para los que no tienen nada. En término económico a los únicos que les está yendo bien es a los funcionarios gubernamentales. Y no sólo por los altos salarios que devengan, porque ningún funcionario vive de su sueldo, sino por el festival de irregularidades administrativas que cometen.

Los expertos en la materia definen a la economía como “la ciencia de los recursos escasos”, pero es una definición sin importancia alguna para los funcionarios gubernamentales, los cuales viven del derroche y la abundancia, pese a que se aprobaron una Ley de Austeridad. Los recursos están escasos, efectivamente, para la mayoría de la población. La situación está mala, muy mala.

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