sábado, 20 de octubre de 2007

EXPRESIONES

Defendamos las dunas de Baní

Ese patrimonio nacional que son las dunas de Baní o reservas científcas Félix Servio Doucudray hay que preservarlo. No es sólo responsabilidad de los banilejos protegerlo y evitar su enanejanación. Es un compromiso de todos los dominicanos. No es la primera vez que intereses mezquinos y ambiciones particulares de uno que otro funcionario, en éste y otros gobiernos, tratan de cercenar esta importante zona protegida.

Creo que lo que nos regaló el creador debe ser aprovechado para mejorar nuestra calidad de vida en la tierra. El ser humano y la naturaleza deben saber convivir. Por eso es que todos, a una sola voz, debemos rechazar esta barbaridad de las autoridades del ayuntamiento banilejo. Convivir con la naturaleza no es entregarla a quienes, sin ningun miramiento la van a depredar, destruir y contaminar.

Convivir con la naturaleza no es sacar de sus entrañas millones de pesos, a cambio de anular su potencialidad en 5, 10 ó 20 años, es saber aprovechar lo que nos proporciona.

Tratar de justificar esta afrenta de vender y arrendar parte de las dunas, alegando que los recursos “fueron usados en obras sociales”, no tiene perdón, si las autoridades de Bani hubiesen consultado a ese pueblo sobre ese plan, de vender las dunas para reparar una calle, seguro hubiesen obtenido un NO por respuesta. Ese argumento es un intento vano del señor Nelson Camilo Landestoy por justificar lo injustificable.

Como tampoco tiene ningún soporte su alegato de que lo que se pretende es “restarle votos a Miguel Vargas Maldonado”, porque él es perredeísta y tiene un gran apoyo en Baní. Ya el mismo candidato perredeísta ha pedido la anulación del decreto que, desacertadamente, autorizaba esa transacción.

Ese ecosistema único, tiene que ser respetado y defendido. Tratar de esconder esa acción irregular, ilícita e irresponsable, con la falsía del “daño politico por ser del PRD”, no puede pasar. Que las autoridades actúen como tienen que actuar y que se de marcha atrás a esa decisión imprudente y desacertada de las autoridades banilejas.

Por: Tomás Aquino Méndez

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