lunes, 17 de septiembre de 2007

A.M. "El Peregrino"

Cuando el año pasado Angel Sosa, "El Peregrino", consiguió con su caminata desde Dajabón hasta Santo Domingo que el Gobierno tomara en serio los reclamos de su comunidad, logró algo más importante: demostrar que una acción individual puede marcar la diferencia. No hay que esperar a que los partidos, los grupos comunitarios, las algarabías callejeras se manifiesten.

La acción de una única persona puede cambiar las cosas. Por ello no es inútil el gesto individual de rechazar la corrupción, por pequeña que sea. Como no es estéril la generosidad particular. Es verdad, unidos se consiguen más cosas, pero la fuerza de un individuo es también inmensa.

Angel Sosa nos devolvió, con aquel gesto, la confianza en nosotros mismos, en cada uno de nosotros. No somos un número, cada uno de nosotros cuenta.

También se demostró que el Gobierno escuchó y vió el apoyo a su acción y empezó a arreglar baches y contenes, que no era mucho más complicado lo que se pedía. Y como la motivación no era tampoco más ambiciosa que la de quedar bien… detuvo las obras tan pronto dejamos de mirar para allá.

Angel Sosa empieza su lucha de nuevo y decide hacer una huelga de hambre. Y lo detienen sin detenerlo, como sin querer queriendo. Porque está detenido pero no preso. ¿Que la Plaza de la Bandera no era el lugar idóneo para una huelga de hambre? Es cierto. Sosa necesita, para hacer una huelga de hambre, unas condiciones mínimas de higiene y seguridad que ahí no existen. ¿Había que hacer el numerito de detenerlo? No. Gesto tan torpe por parte de la Policía era difícil de calcular.

Eso sí, Sosa debe agradecer a la Policía toda la publicidad que ha dado a su causa. (Pero que se olvide de las inversiones, "que ahora mismo toca a Santiago, que esos cibaeños están que no quieren saber de Leonel y ya no se sabemos qué más hacer para ablandarlos")

IAizpun@diariolibre.com

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