jueves, 13 de septiembre de 2007

DANDO DATOS "La Cuarta Vía"

Por: Víctor O. Gómez Casanova

Ya ni las formas las están guardando. Las diferencias entre los magistrados de la Junta Central Electoral (JCE) se ven cada día más personales que conceptuales. Ahora la manzana de la discordia es el bendito “anteproyecto de reglamento de campaña electoral, actos de propaganda y uso de medios de comunicación”. Pero cuando no es Juan es Juana y sino su hermana. Antes las contradicciones eran por los sueldos y las remuneraciones, después por la designación de funcionarios, también por la conformación de las Juntas Municipales, el presupuesto, el voto del dominicano en el exterior, el contrato de SOMO, en fin, todo cuanto deba someterse a discusión, que deba ser conocido, discutido o aprobado a lo interno de la JCE se convierte en un pandemónium, por más sencillo que sea.

Es increíble, tenemos casi 10 años en esto, desde que Don César Estrella Sadhalá (EPD), Don Juan Sully Bonelly y Don Jorge Subero Isa abandonaron ese organismo, hace casi una década, no ha habido una JCE que no enfrente problemas de contradicciones internas o de otras índoles. Y eso motiva la siguiente interrogante: ¿Cómo puede la JCE garantizar el arbitraje y corregir las diferencias y los enfrentamientos entre los partidos políticos, cuando sus jueces no son capaces de administrar y corregir sus propias diferencias a lo interno de ese organismo?

Otro aspecto que llama poderosamente la atención y que ha pasado desapercibido es el hecho de que tres de los actuales Jueces de la JCE son miembros de la Comisión Especial que preparó el borrador de propuesta de la nueva Constitución de la República y en dicho borrador, presentan la creación de un Tribunal Contencioso Electoral de única instancia, lo que ha sido interpretado por otros jueces como una contradicción de decir una cosa en la comisión de juristas constitucionalistas y otra distinta en el pleno de la JCE. Eso mereció una carta pública que habla por sí sola. La verdad que es lamentable que una JCE tan bien conformada, tan equilibrada, tan bien seleccionada, con hombres y mujeres tan capaces, se esté dejando arrastrar por pasiones sobre situaciones minúsculas e intrascendentes en comparación con lo que debería merecer su verdadera atención. Cuanta falta hacen los ejemplos de Don Ángel María Liz, Don Neno Arvelo, Don César Estrella, Don Juan Sully Bonelly, entre otros.

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