domingo, 9 de septiembre de 2007

EN RELEVO "Candidato del tigueraje"

Por: Oscar Medina

Republica Dominicana ha tenido todo tipo de candidatos presidenciales.

Por aquí han desfilado elementos que reparte ropa interior en sus manifestaciones, que ofrecen resolver los problemas económicos con una “maquinita de hacer dinero”, o hasta que sugieren invadir Haití.

A lo largo de estos años de democracia a la Presidencia de la Republica han aspirado religiosos, guardias y deportistas, mujeres y hombres serios, y también grandes charlatanes.

Pero lo que nunca antes había tenido, es lo que tiene desde el sábado cuando Juan Hubieres anunció sus legítimas aspiraciones a la Presidencia de la Republica. Un aspirante que de profesión no es político ni economista, ingeniero ni doctor, sino un cineasta que dedica al sindicalismo del transporte, donde indiscutiblemente ha logrado cosas “importantes” para el sector, pero sobretodo para el y los suyos.

Mientras los aspirantes tradicionales tienen una hoja de vida donde muestran lo que entienden sus aportes y logros en su paso por la vida pública o privada, Hubieres puede mostrar la cantidad de huelgas y las marchas convocadas, o las turbas y manifestaciones organizadas frente a instituciones publicas y privadas.

Aunque para promover sus aspiraciones también podrá enarbolar las veces que se ha beneficiado del erario a partir del chantaje que ha ejercido contra todos los gobiernos, para lo cual puede utilizar como ejemplos el negocio con el Ayuntamiento del Distrito para la adquisición de los autobuses azules, o el mismo Plan Renove, del cual se salió sólo cuando comprobó que otros le estaban sacando más ventaja que el.

Y como no, entre sus aportes al combate de la pobreza podrá mencionar los muertos en los enfrentamientos entre sindicalistas por el control de rutas urbanas e interurbanas, o la bomba molotov lanzada contra el autobús que tuvo la osadía de transportar operarias de zona franca, un día que “los dueños del país” habían declarado huelga.

Lo mejor de todo es que se trata de un señor que califica de rebelde su movimiento, y que tiene la cachaza de comparase con Juan Pablo Duarte y utilizar como símbolo a un hombre que, como el Che Guevara, de haberlo encontrado en Cuba el primero de enero del 59, lo fusilaba o al menos lo mandaba a realizar trabajos forzados.

En fin, que por aquí habíamos tenido de todo, menos un candidato por y para el tigueraje. Pero eso ya Hubieres lo resolvió.

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