DANDO DATOS "La Cuarta Vía"

Por: Víctor O. Gómez Casanova

Hatuey de Camps Jiménez es un político sagaz. Dice que la cuarta vía tiene su éxito asegurado por las irritaciones que ha casusado y por los análisis que ha desatado.

Llegó incluso a decirme que yo tenía que criticarla para cumplir con mi rol de Secretario General del PRSC, una de las organizaciones víctimas de este nuevo propósito político.

El Lic. De Camps nos merece respeto, ha sido coherente, firme y decidido en sus jornadas de lucha. Su trayectoria no puede ni podrá ser ignorada en nuestro país, sus aportes al lado del PRD mucho menos.

Un ejemplo y marco de referencia para las nuevas generaciones que participamos en política; ahora bien, las críticas que hemos externado sobre la cuarta vía no es por temor, sino por preocupación, y más que una preocupación por los intereses políticos que nos atañen directamente, preocupación por la suerte y el devenir de los arquitectos de esta iniciativa.

Las figuras envueltas en la creación de esta quimera, con Hatuey a la cabeza, son personas con experiencia y a quienes suponemos conocimientos de la historia. La cuarta vía no tiene espacio para las próximas elecciones.

Su argumento principal es la crítica a los partidos donde ellos mismos militaron por más de 30 años, ocupando las más altas posiciones, por lo que uno se pregunta ¿Qué tiene el PRSC de malo ahora que no lo tuviera cuando Eduardo Estrella fue su candidato en las elecciones del 2004?; ¿Qué tiene el PRD de malo ahora que no lo tuviera en las elecciones de 1990, 94, 96, 98, 2000 y 2002 cuando Hatuey era su Secretario General y Presidente? Comparto las ideas y opiniones de la cuarta vía, pero el problema de los partidos tenemos que resolverlo echando el pleito dentro de éstos, no fuera.

No se le puede decir al país que un partido es bueno para cuando yo gano, para llevarme de candidato, y malo si no me escoge o si yo pierdo. Pero además, ¿Qué ha pasado históricamente con los dirigentes que se han ido de sus partidos a intentar una cuarta vía? Pregúntenle a Augusto Lora, Víctor Gómez Bergés y Fernando Alvarez Bogaert; a Rafael Alburquerque, Vicente Bengoa y Max Puig; a Jacobo Majluta, José Ovalles y Tony Raful y sino al propio Juan Bosch, entre otros.

No es por temor Lic. De Camps, es por preocupación y vergüenza ajena